¿Sabías que las tareas manuales le están costando dinero a la mayoría de las empresas? Muchas de ellas todavía realizan actividades a mano para recopilar, revisar e introducir datos. Estos trabajos repetitivos y tediosos requieren que los trabajadores estén continuamente entrando y saliendo de múltiples sistemas informáticos provocando errores (humanos) y perdiéndose mucho tiempo en ello.
Transporte y logística, industria, servicios financieros, seguros, finanzas y contabilidad..., procesos rutinarios en estas áreas de trabajo están presentes en todos los sectores y más de la mitad de los profesionales las consideran como una práctica ineficaz y el principal reto al que enfrentarse.
¿Y por qué todas estas tareas no están automatizadas? Las razones pueden ser varias:
- Las aplicaciones actuales son difíciles de integraren sistemas anticuados.
- Algunas fuentes de datos externas como webs y portales no siempre tienen API para conectarse.
- Los procesos de negocio suelen tener numerosas excepciones que a veces no casan con los procesos de automatización básicos.
- El departamento de TI está sobrecargado y simplemente no puede llegar a todas las solicitudes de proyectos.
La automatización de tareas manuales es vital para obtener resultados
Automatizando las tareas rutinarias se logra aumentar la eficiencia del flujo de trabajo, reducir los costes y aumentar los ingresos, y por supuesto, liberar al personal de realizar tareas aburridas mejorando su grado de satisfacción laboral.
Pero lo más importante es que convierte a nuestra empresa en escalable.
Las empresas que automatizan sus procesos son más competitivas, receptivas y ágiles. La automatización permite además obtener una visión con más perspectiva del negocio y del mercado para poder satisfacer mejor las necesidades de los clientes y superar a los competidores.
Las empresas que aún realizan repetitivas y pesadas tareas manuales se quedan atrás y ven afectada por tanto la productividad, el rendimiento, la satisfacción del cliente y del empleado, el cumplimiento de normativas y, cómo no, los ingresos.
