Por: Amaia Santamaría
En el último año, se han producido importantes cambios en cualquier ámbito de la sociedad, también en el laboral, y con esto, las circunstancias han impuesto el teletrabajo, que ha aumentado de manera exponencial. Adaptar las estructuras organizacionales a los procesos para asegurar las operaciones, mantener la productividad ante las nuevas circunstancias y prestar el servicio de forma adecuada es imprescindible en este nuevo contexto.
Este cambio de paradigma obliga a las empresas a replantear el puesto de trabajo, dejar la idea de puesto de trabajo como un lugar y concebirlo más como una actividad. Esto implica dotar al usuario de herramientas y soluciones tecnológicas que potencien su productividad e incrementen su bienestar en la organización gracias a la flexibilidad que ofrece el teletrabajo.
Hemos visto cómo ha aumentado la velocidad de la implantación de las tecnologías que ya existían, e incluso, se ha logrado un mayor aprovechamiento de su potencial.
La adaptación del puesto de trabajo a un entorno virtual no se puede abordar de la misma manera en todas las empresas, de ahí que sea importante contar con un socio que acompañe al cliente y proporcione una gestión end to end que se adapte a las necesidades de cada compañía.
El primer paso para iniciar el proceso de modernización del entorno de trabajo es contar con una identidad digital bien definida, por lo que es necesario realizar un perfilado de cada puesto de trabajo donde se analicen los distintos tipos de usuario, sus funciones, tecnología que precisan, espacios de trabajo requeridos y necesidades de soporte, que busca un encaje Tecnología-Usuario-Servicios.
En función de sus necesidades definidas, se debe dotar a los usuarios de los dispositivos y software necesarios. Las soluciones en la nube privada centralizada aportan flexibilidad, recuperación de datos más ágil, actualizaciones automáticas, movilidad para trabajar en cualquier lugar con internet, mejor colaboración entre los empleados y tiene en cuenta la seguridad de los datos almacenados.
Sin embargo, en la compañía pueden existir aplicaciones antiguas no diseñadas para integrarlas en un nuevo entorno... La virtualización de aplicaciones, o de los escritorios completos, permite integrar estas en el nuevo entorno de trabajo, lo que hace que cumplan con los requisitos de movilidad y ubiquidad.
Por último, la gestión y mantenimiento del puesto de trabajo es la clave para el correcto funcionamiento y, cuando no lo hagan, se puedan reactivar en el menor tiempo posible. La resolución de incidencias, provisión del hardware y software, y soporte al usuario final se debe tener en cuenta para no perder productividad.
Sin embargo, el trabajo en remoto también trae algunos riesgos; con el incremento del teletrabajo y la digitalización ha surgido un aumento de los ciberataques. Esto hace necesario tomar medidas en cuestiones de ciberseguridad para que la información de la empresa no se vea comprometida.
Es importante contar con un partner digital que conozca cómo implantar estos sistemas teniendo en cuenta la seguridad.
El reto de liderar a distancia
En este nuevo entorno, aunque no compartan un espacio físico, los equipos de trabajo tienen una misión común, colaboran en proyectos, comparten recursos y asumen retos en conjunto.
Compatibilizar el liderazgo en remoto obliga al líder a ser flexible y accesible, y supone un profundo cambio en la mentalidad para aprender a liderar desde la distancia, y a mantener el compromiso de su equipo.
La comunicación se convierte en vital para generar compromiso y potenciar la cultura empresarial, y es preciso disponer de las herramientas necesarias que faciliten la comunicación interna y ayuden a que los empleados estén conectados y en contacto.
El pilar fundamental del liderazgo remoto debe ser la confianza entre líderes y colaboradores, y ha de ser negociador para facilitar la conciliación de las esferas personal y profesional de los colaboradores. Por su parte, los trabajadores necesitan ser capaces de valorar la autonomía y la independencia, y asumir la evaluación por resultados que conlleva.
El líder remoto no debe limitar la captación de talento a un ámbito local. En tiempos de teletrabajo, líderes y colaboradores competirán por trabajos más interesantes en un espacio laboral más globalizado.
Amaía Santamaría
Directora área de QA
