La transformación digital se basa en un cambio cultural. Es decir, cambiar el modo de hacer las cosas de como estábamos acostumbrados antes de sumergirnos en el Ecosistema Digital y las nuevas tecnologías IoT.

Para ello, debemos servirnos de tecnologías habilitadoras del cambio que actúan de manera transversal en todas las verticales de la transformación digital. Como son la Industria 4.0, Smart Cities, Smart Buildings y Emprendimiento.

En la actualidad, vivimos en lo que denominamos un espacio VUCA (Volatility, Uncertainty, Complexity y Ambiguity). Se trata de un escenario en el que las empresas se ven obligadas a adaptarse a los continuos cambios que atacan su programación estratégica y sus rutinas profesionales. Por este motivo, las personas que se encuentran inmersas en este espacio VUCA deben ser las portadoras del cambio. A ellas, es necesario dotarlas de la tecnología necesaria con la que aportar valor a la sociedad.

Esta máxima se tiene que extrapolarse a la Administración Pública: una entidad donde el core del negocio son las personas y dónde la mejor forma de democratizar la tecnología en su estructura es a través del IoT.

¿Qué es el IoT?

El IoT (Internet of Things o Internet de las cosas) es una infraestructura global en el marco de la sociedad de la información que provee servicios a través de la conexión de elementos físicos. Funciona a través de sensores que están integrados con soluciones.

Las TIC (Tecnologías de la Información) y, dentro de ellas el IoT, deben estar integradas en la Administración Pública para reducir la brecha digital y servir a los ciudadanos de manera óptima. De hecho, la empresa Huawei estima que: “En 2025 habrá 10 veces más cosas conectadas que hoy, unos 75.000 millones dispositivos”.

Teniendo en cuenta estas cifras, podemos asegurar que los dispositivos son el canal para conectar con los ciudadanos. A ellos hay que sumarle el aumento de personas que van a estar conectadas lo que genera nuevas oportunidades para establecer una más comunicación ágil y eficaz.

Los trámites de la Administración Pública podrán realizarse de manera mucho más rápida, es decir, una mejora de resultados con menores recursos, sobre todo en uno muy importante que no se puede recuperar: el tiempo.

Ventajas de la Infraestructura Red IoT en el Sector Público

Para transformar la Administración Pública en digital e inteligente, se necesita alterar profundamente la estructura de los organismos públicos. La implantación de una infraestructura Red IoT en un servicio público nos permitirá que la tecnología de almacenamiento de datos sea más eficaz. Por ello, nos permitirá la movilidad, la automatización y el análisis exhaustivo de toda esa información. Sin embargo, son varios los pros que supondría para un organismo público su implantación:

  • Mejora de la atención a la población: la hiperconectividad mejora las conexiones entre ciudadanos y organismos públicos con el fin de dar servicios de alta calidad, seguros y eficaces. Además de facilitar recursos que mejoren la colaboración y la confianza entre las Administraciones y la población. Aumentando, con ello, la habitabilidad, la operatividad y la sostenibilidad. Uno de estos recursos para mejorar la experiencia del cliente es un Helpdesk que gestione las incidencias de la ciudadanía.
  • Aumento de la seguridad de los ciudadanos: un mejor conocimiento de las operaciones de los sistemas de la ciudad a través de la información obtenida mediante sensores. Con ello podemos hacer un seguimiento exhaustivo de las deficiencias en las velocidades de los trenes, las temperaturas de las carreteras y la localización en tiempo real de los autobuses urbanos.
  • Optimización de los recursos públicos de forma sostenible: el aprovechamiento de los datos en tiempo real con el fin de ajustar los recursos en función de la demanda, permiten una reducción de la congestión y del uso de la energía. Todo esto es posible gracias a las tecnologías que integra la Smartcity o Ciudad Inteligente. Logran agilizar la capacidad de reacción ante condiciones de tráfico adversas, variaciones del consumo de la electricidad o cambios en la calidad del aire.
  • Disminución de los costes a la ciudadanía: la supervisión dinámica de la infraestructura pública y la elaboración de procesos que abogan por la eficiencia permiten la reducción de costes operativos y una mejora del rendimiento del sistema.

Aplicaciones del IoT en la Administración

Las soluciones IoT en el sector público abogan por la democratización del uso de sus tecnologías de una manera más ágil, resolutiva, inteligente y segura. Su aplicación en las áreas de control de la Administración brinda grandes beneficios a los servicios que se prestan a la sociedad. A continuación, se exponen ejemplos donde la experiencia del ciudadano mejora con la aplicación de esta tecnología:

  • Transporte público: mediante estas integraciones de sistemas IoT basadas en sensórica, cámaras digitales y vehículos conectados se mejorará la seguridad, la comodidad, los tiempos de espera y de viaje. Reduciendo costes y emisiones contaminantes, pero aumentando la capacidad de abastecimiento de los servicios de movilidad públicos que el Estado pone a la disposición de la población.
  • Seguridad ciudadana: a través de softwares inteligentes y a medida aplicados a la videovigilancia se pueden llegar a detectar comportamientos sospechosos, objetos perdidos, equipaje abandonado para resolver con inmediatez cualquier situación de emergencia que se pueda presentar.
  • Movilidad y tráfico: disminuir el volumen de retenciones y evitar accidentes sería posible mediante alertas en tiempo real del estado del tráfico y tiempos de desplazamientos.
  • Consumo y energía: controlar el consumo eléctrico mediante sistemas inteligentes que sean más potentes, sostenibles y eficientes a escala municipal.

El Blockchain como elemento de ciberseguridad

La densidad digital es un arma de doble filo, aporta valor pero también es una amenaza. El organismo público gestiona a diario enormes flujos de datos de la población. Para que estas operaciones con datos confidenciales se puedan realizar con seguridad, es necesario proteger los sistemas informáticos de la Administración Pública.

La tecnología blockchain en la entidad pública permite crear redes de ordenadores sin necesidad de tener un servidor único, lo que reduce drásticamente las probabilidades de que dicha matriz sufra ciberataques.

Todos los ordenadores que estén conectados a esta red tienen una única base de información. Por tanto, leer y escribir registros de datos para una tarea específica en el mínimo tiempo es posible con el Blockchain. Se trata de una cadena de bloques de datos que ha revolucionado la forma de gestionar y tramitar servicios logísticos digitales.

Esta explosión ha propiciado transacciones de información personal más seguras entre organismos públicos y ciudadanos. Gracias a que tenemos la posibilidad de tener los datos criptografiados es muy difícil que la administración sea víctima de un hackeo. La confidencialidad está asegurada en una red segura.

La Ciberseguridad también ha impactado positivamente logrando posibilitar la plena verificación de datos personales en tiempo real. Esto facilita el establecimiento de ciclos de vida de los empleados más largos porque se lleva un control exhaustivo de su rendimiento y análisis de satisfacción de los usuarios atendidos.

Esta tecnología también permite la formalización de contratos inteligentes, que permiten a los empleados hacer un seguimiento in situ de sus pagos. De esta manera, podemos externalizar mediante un software sus sistemas de nóminas, así podrán administrar sus recursos de manera más eficiente y sin riesgos. Por tanto, el sector público podrá centrar todos sus esfuerzos en mejorar la experiencia del ciudadano y darle mejores servicios.

En resumen, con la incorporación de una infraestructura de red IoT conseguimos establecer una Administración Pública digital, inteligente, segura, eficiente y sostenible.

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